Deuteronomio 6:4-6
“Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.”

Bendiciones, hermanos. Dios es bueno y su misericordia es para siempre.

La Palabra que el Señor nos quiere enseñar en este día está el libro de Deuteronomio, capítulo 6, versículo del 4-6. “Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.”

Dios hoy nos enseña que Él es nuestro único Señor que merece honra y honor sobre todas las cosas. Dios nuestro Padre nos permite amarlo con temor reverente. Cuando Él nos habla de amarlo, como lo dice su Palabra, es entregarle toda nuestra vida tanto física como espiritual, ¿pero cómo mantenemos ese amor hacia nuestro padre? Él nos dice “grábate en el corazón estas palabras.”

Dios quiere que nunca nos olvidemos de donde Él nos ha sacado por ese amor tan grande que tiene hacia su pueblo. Nuestro Señor nos da este mandamiento para que aprendamos a vivir bajo su voluntad y gran amor, inculcándoselo y enseñándoselo a nuestras generaciones de amar a nuestro Padre celestial. Cuando Dios nos habla en el versículo 6, Él se refiere a que nunca se nos olvide de como amarlo.

Nuestro Señor quiere una generación bendecida llena de amor hacia Él, así como su hijo Jesucristo, que en todo tiempo amo a su padre con un amor incondicional y cumpliendo en todo tiempo la voluntad del Padre.

Hermanos, hoy Dios nos habla a que nunca se olvide este mandamiento tan importante y vital para nuestras vidas, mostrándonos que cada día a través de su Espíritu Santo lo busquemos, lo anhelemos y sobre todo amarlo con todo nuestro ser, buscando su Palabra, enseñandoselas a otras personas el amor tan grande y perfecto de nuestro Señor, a como conocer el amor y la voluntad de nuestro padre.

Aquel que hoy ama y obedece la Palabra de nuestro Dios, y mantiene vivo el fuego del Espíritu Santo, nuestro espíritu se conecta con el de Él diciendo “Abba, Padre” representando el amor que le tenemos a nuestro Dios. Es tiempo de cumplir el mandamiento más importante que hemos conocido: el amar a Dios ante todo y alcanzar en Él vida eterna.

Dios les bendiga hoy y siempre, amen.