Dios Nuestro Refugio
Salmo 34:1-5
“Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán. Mi alma se gloría en el Señor; lo oirán los humildes y se alegrarán. Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre. Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza.”
Bendiciones en esta mañana. Este es el día que ha hecho el Señor para que lo glorifiquemos todos juntos. Dice la palabra en el Salmo 34:1-5, “Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán. Mi alma se gloría en el Señor; lo oirán los humildes y se alegrarán. Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre. Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza.”
¡Bendita la Palabra de nuestro Dios! David escribe este salmo cuando él está huyendo de sus enemigos; sus enemigos lo persiguen para matarlo. Y David anda en busca de un lugar seguro, y encuentra la cueva de Adulam. Adulam que significa en hebreo: refugio. David ha perdido su empleo; David ha perdido su matrimonio. David ha perdido su casa y encuentra este lugar, y sabemos que una cueva en lo natural no ofrece comodidades. No hay luz. No hay agua. No hay comida. No hay una cama donde descansar, y no ofrece una esperanza, ni un futuro.
Y en este lugar donde no hay nada, se le unen 400 hombres, los endeudados, los afligidos, y los amargados— y lo ponen a él como rey. Pero David en este lugar, en este lugar que significa refugio, es donde él escribe la mayor parte de los Salmos. David escribe este salmo en estos momentos tan difíciles porque él sabe que ese Dios suplirá sus necesidades y las necesidades de este pueblo que fueron detrás de él.
David conoce a Dios, y a David le ha sido revelado en su corazón que este Dios es el Dios todo suficiente. Él había sido liberado del gigante Goliat cuando estaba amenazando al pueblo de Israel; David conoce a este Dios y enfrenta a este Goliat, a este gigante. Y le dice: “Tú vienes contra nosotros, tú vienes contra mí con espada y jabalina, con tus fuerzas humanas, pero yo vengo en el nombre de Jehová Dios de los ejércitos,” porque David había confiado en el brazo poderoso de Jehová, que lo había librado muchas veces. Por eso, David no se preocupa, sino que escribe este salmo, y podemos escuchar las palabras de este salmo de la manera en que él lo escribe. Dice que él busca al Señor porque sabe que Él lo ha librado de todos sus temores.
A veces las cosas se van a poner un poco feas, Iglesia. A veces las cosas se van a poner un poco difíciles a nuestro alrededor, pero es momento de poner toda nuestra confianza si conocemos al Dios todo suficiente, diremos como dijo David: “Yo he confiado, y yo vengo en el nombre de Jehová Dios de los ejércitos.” Pero también cuando esos tiempos vengan y estamos pasando por tiempos difíciles, Iglesia, miramos alrededor como están las cosas. Cuando esos tiempos vengan, hay que hacer como David y meternos a la cueva, meternos a ese refugio, porque este no es cualquier refugio. Este refugio se llama “EL SHADAI, el todo suficiente; JEHOVA JIREH, el Señor proveerá.” Este refugio se llama “JEHOVÁ NISSI, nuestra bandera.” Este refugio se llama “JEHOVÁ SHALOM, nuestra paz.”
El verso 5 dice, “Radiantes están los que a él acuden, jamás su rostro se cubrirá de vergüenza.” ¡Alabado nuestro Dios! Cuando salga de ese refugio, el resplandor de Dios se verá, así como Moisés. Cuando estuvo en ese refugio y subió a la montaña, Moisés bajó con su rostro resplandeciente, y la gente vio a Moisés y él tuvo que ponerse un velo porque era tanto el resplandor de la gloria del Señor.
Dice en Job 11:17, “Tu vida será más radiante que el sol de mediodía, y la oscuridad será como el amanecer.”
¡Aleluya, bendita la Palabra de nuestro Dios! Podemos estar en la Palabra; podemos refugiarnos en ese lugar que Dios nos ha provisto. Él es esa cobija. Él es ese refugio donde nosotros podemos estar, y cuando nosotros salimos de ahí la gente dirá, “¡Huy! Ellos han estado en la cueva, ellos han estado en el refugio,” porque nuestros rostros estarán radiantes. Esas cuevas naturales son oscuras, pero esta cueva está llena de luz porque es la luz del Padre, es la luz de nuestro Dios que ha venido a alumbrarnos y a enseñarnos quién es Dios, quién es el todo suficiente.
Que en este día podamos estar en ese lugar, donde quiera que estemos, podemos entrar en ese refugio. Que nuestra familia, que nuestros vecinos, que nuestros compañeros de trabajo puedan vernos radiantes porque nosotros tenemos donde ir. Que Dios bendiga sus vidas en esta mañana, y que sus rostros hoy resplandezcan con la luz de nuestro Dios, en el nombre de Cristo Jesús.
Amen y amen.